2018 |
El día que mi hermana murió, creí que nada volvería a brillar jamás. Ni siquiera yo.
Entonces encontré la lista, una serie de deseos que ella anhelaba cumplir antes de morir.
Volver a ver a la abuela, nadar en el mar al amanecer, ir a un recital de rock...
Mi hermana no tuvo tiempo. Pero yo, aunque jamás hubiera hecho algo así antes, estaba decidida a cumplir sus sueños. Y sin darme cuenta, emprendí el viaje de ser yo misma. Sin darme cuenta, empecé a vivir.
Porque, para brillar, no hace falta ser perfectos. Solo amar la vida.
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