2017 |
La primera vez que nos conocimos fue en una fiesta.
Tu ex llegó para presumir a la persona por la que te dejo el mes pasado, y me pediste que pretendiera ser tu cita.
Estaba más que feliz de ayudar. Eras atractiva, inteligente e ingeniosa-- ¿y ese beso que compartimos? Me dejó deseándote por días.
La segunda vez que nos vimos fue en mi oficina en el campus cuando ambos nos sorprendimos al descubrir que eras la nueva estudiante de maestría en poesía con la cual estaría trabajando. Prometiste ser profesional. Yo no lo hice.
Las largas noches y sesiones intensas de estudio que pasamos juntos, mayormente me sorprendiste. Te deseos, y lucho conmigo mismo todos los días por este hecho.
Sé que soy vulgar, que mis innuendos sexuales y boca sucia te molestan, pero vivo por esas dos manchas rojas que colorean tus mejillas. Si esa es la única reacción que puedo sacarte, con gusto la tomo.
Odias los lunes, así que cada lunes anonimamente pongo un poema en tu bolsa y tu sonrisa me hace seguir toda la semana.
Creo que me estoy enamorando de ti, y sé que está mal. Sé que se supone que solo debo de ser tu consejero en tu programa y nada más, pero así está la cosa. Creo que también te estás enamorando de mí.
xo, Zach
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