2018 |
Cree que es demasiado grande para mí.
Siempre me han gustado los desafíos.
John Murray no es el joven que solía conocer.
Era un adolescente tímido, inteligente y retraído.
Ahora mide casi dos metros y parece un toro.
Es atrevido, divertido, y luce una barba muy viril.
Y luce un inevitable bulto entre las piernas.
Se ha convertido en mi hombre perfecto.
Sexy, alfa, intimidarte y aún así, humano.
Me fui a la ciudad hace años, para estudiar.
Pero he vuelto al pueblo, para quedarme.
Él vuelve a ser mi vecino. Pero ya no es el mismo.
Y no sé cómo ha llegado a ser así.
Vive en el piso de sus padres. Murieron, al parecer.
Por las mañanas sale de casa en traje y corbata.
Coge el coche y se larga. Vuelve por las tardes.
Y se tira hasta el anochecer cuidando un huerto privado.
Sin camiseta. Sudando. Al lado de mi casa.
Su pequeño hobbie.
Tampoco tiene vergüenza.
Le he visto mirarme el culo, abiertamente.
Ambos sabemos en lo que estaba pensando.
Pero es el hombre más grande que he visto nunca.
Y yo tampoco puedo evitar mirarle.
Se dio cuenta. Ahora no para de provocarme.
Según él, nunca podría ser algo más que eso.
Me rompería en dos.
No tengo porqué demostrarle que se equivoca.
Pero quiero hacerlo.
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