2018 |
Tengo un p*ne tan enorme como mi cuenta bancaria.
Ahí acaba mi biografía.
Soy el hijo malcriado de un multimillonario.
Encantador, descarado y playboy de revista.
Mi vida son noches de alcohol, modelos y actrices.
Sexo sin compromiso y fiestas. Y me encanta.
¿Te parezco un cretino?
Quizá sea porque lo soy.
Y no me va nada mal.
Hasta que la conocí a ella.
La cultura rosa habla de mariposas en el estómago.
Y una p*lla. Hablamos de p*ta dinamita y gasolina.
Esa era ella. Savannah. Miss Universo 2018.
Nunca he sentido nada así. No sabía que pudiera.
Quería f*llármela hasta partirla por la mitad.
Hasta que me diese un j*dido ataque al corazón.
Pero también quería que despertase a mi lado.
Estar con ella siempre. Escucharla a todas horas.
Quería ponerle un anillo en el dedo. Que fuese mía.
Empezó como la noche de hotel más salvaje de mi vida.
Sólo había un problema. No sabía quién era.
Sólo su nombre. Savannah. Y fui sólo un polvo para ella.
El mejor polvo de su vida, sí. Pero sólo un polvo.
Iba a tener que mover cielo y tierra.
Pero iba a encontrarla.
E iba a ser mía.
Para siempre.
Nathaniel Blake iba a ser un hombre nuevo.
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