2019 |
Podría empezar mi historia presentándome y, quizá, hablando de mí; mi nombre, apellido, edad, de dónde soy o contaros que tengo una hermana gemela, claro, podría; pero creo que es mejor hablar de él, pues es el culpable de esta historia.
Él, Axel, que ya su nombre suena exactamente a eso, a pecado, justamente a lo que es. Podría decir que es un hombre sencillo y que no es capaz de trastocar tu mundo y el de todo el que se cruza por su camino, sobre todo, si hablamos de féminas; pero, no, el caso es que el único mundo que decidió poner patas arriba fue el mío y yo, yo me sentía una veleta con él cerca.
Puede que sí deba deciros que todo empezó con un cambio de vida y tachando de mi lista uno de esos propósitos que tanto me definen, pero creo que sería más sencillo aceptar que la vida te tiene preparado un camino y que siempre terminarás cogiéndolo, aunque te empeñes en dar un rodeo. Axel llegó a mi vida como el verano llega tras la primavera.
Ponte unas chanclas, un pantalón corto y deja que lo que hay dentro de estas páginas te cuente mi verano, el verano que cambió nuestras vidas.
2019 |
Una lista de deseos y treinta noches de invierno
Puede que, de nuevo, no sea necesaria la carta de presentación. No la mía, porque ya me conocéis, pero a él no. Él, Ethan, el chico de la armadura de cristal, el chico serio que no sonríe con cualquier broma, el chico de la mandíbula recta y las perfectas patillas, el chico frío, tan frío como el hielo. El chico que teme que le hagan daño, humano, sensato y parco en palabras. El chico de los secretos inconfesables y la magia sin trucos.
Él. Una vez más, él.
Lo que estoy segura de que sí que debo contaros es que he regresado a Jacaranda de nuevo y no lo he hecho sola, tampoco en verano. La estación ha cambiado, la temperatura también y las gotas de sudor han sido sustituidas por el vaho que se escapa cuando confiesas tus deseos, cuando escribes una lista que no esperabas escribir y cuando un mes cambia por completo el resto de tu existencia. Ethan llegó a mi vida como el invierno llega tras el otoño.
Ponte unas botas de montaña, una bufanda y un gorro de lana y deja que lo que hay dentro de estas páginas te cuente mi invierno, el invierno que cambió nuestras vidas.
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