2019 |
Dicen que el primer beso hay que ganárselo.
El mío fue robado por un demonio en un baile de disfraces bajo el negro cielo de Chicago.
Dicen que los votos que pronuncias el día de tu boda son sagrados.
Los míos fueron rotos antes de salir de la iglesia.
Dicen que tu corazón solo late por un hombre.
El mío se rompió y sangra por dos rivales que lucharon por él hasta el amargo final.
Estaba prometida a Angelo Bandini, heredero de una de las familias más poderosas del Outfit de Chicago.
Después, fui robada por el senador Wolfe Keaton, que sostuvo los pecados de mi padre sobre su cabeza para obligarme a casarme con él.
Dicen que todas las grandes historias de amor tienen un final feliz.
Yo, Francesca Rossi, he borrado y reescrito el mío hasta el mismo capítulo final.
Un beso.
Dos hombres.
Tres vidas.
Entrelazadas.
Y, en algún lugar entre esos dos hombres, tenía que encontrar mi "para siempre".
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