jueves, 26 de diciembre de 2019

Sucias y Húmedas Fantasías de Tania Villar


2019

A veces mentir es el camino a seguir. Lo he amado desde que tengo uso de la razón.

Pero él solo me ve como la hermana pequeña de su mejor amiga.

Ahora está de vuelta después de nueve años de ausencia.

Él no me reconoce, lo cual puede ser mi gran oportunidad para conquistar su corazón.

La mirada de sus ojos dice que por fin soy lo suficientemente mayor para emprender el viaje de mi vida.


Él se está enamorando tanto como yo… pero no puedo decirle quién soy ¿o debería?

Solía escribir su nombre por todo mi cuaderno, rodeado de corazoncitos. Me trató como a su propia hermana, pero yo quería más. Quería ser su mujer.

Hace diez años ocurrió una tragedia. Algo que marco nuestras vidas de forma profunda y repentina. Él no quería, pero se vio obligado a dejar el país, y todo fue por culpa de mi familia.

Ahora ha vuelto a la ciudad y mi corazón vuelve a sentirse vivo. Ahora es un verdadero hombre. Sus manos son grandes y su pecho firme como el hierro, pero dentro de él sigue la esencia que me cautiva.

Es el único hombre en mis sucias y húmedas fantasías.
Este hombre es irresistible y mis bragas se humedecen cada vez que pienso en él. Ya no solo me conformo con pensarlo, ahora lo tengo, es mi hombre. Pero… ha desarrollado ciertos gustos.

Finalmente me ve como una mujer, y no como la niña que dejó hace diez años atrás. Veo deseo y lujuria en su mirada hambrienta. Lo siento en su toque dominante. Este hombre es un lobo salvaje preparado para devorar a su inocente presa…yo.

Su carnada, su víctima y su amor, pero sólo porque no me reconoce. Dada nuestra historia y lo que paso en el pasado, probablemente ni siquiera se acercaría a mí si supiera la verdad.

La forma en que me desnuda con sus ojos bajo la luz de la luna... No puedo romper el hechizo y decirle la verdad. No puedo terminar con este sueño hecho realidad.

Sólo una mirada y estaré lista para tirar todo por la borda solo para tener un segundo de su sabor

Una realidad ardiente y apasionada. Una realidad controlada por el dominio y la sumisión. Soy adicta a sus peticiones.

Inevitablemente le debo contar la verdad, pero solo quiero una noche más bajo su control y deseos.

Quiero que sea él quien me quite la virginidad.

Lamentablemente esa noche se convierte en dos, y luego en tres y llega el punto en el que no puedo parar, él es mi adicción.

Nada va a ser igual cuando le cuente mi verdad y eso me aterra.

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