2018 |
Siete mujeres desaparecidas y dadas por muertas en un caso cerrado. Un sospechoso. Un asesino. El don del Detective Andrew para visualizar las apariciones de los cuerpos sin vida de las mujeres secuestradas. Un sheriff que no sabe hacia dónde ir. Un asesino que no lo es. Un error de la justicia.
Estaba flotando en la orilla del lago, como si estuviera durmiendo, cubierta de hermosas flores abiertas en la primavera de CastleLakeHill. El detective Andrew está inmerso en una investigación de mujeres desaparecidas hace años. Cuando llega al lugar de los hechos, reconoce a la mujer de la fotografía; sin duda es ella y está intacta, desnuda y cubierta de pétalos. Sus ojos están cerrados porque los párpados están pegados y la piel suave y sonrosada todavía está caliente, pero esta mujer había sido dada por muerta hace cuatro años. La ropa encontrada de ella y la sangre hace ahora, exactamente ese tiempo, correspondían a Ava Cox; la primera desaparecida. ¿Cómo puede estar ahora completamente entera? Además, el asesino fue detenido y juzgado; Parker Atkinson se lleva el secreto a la incineradora.
El Detective Andrew goza de dos dones; la Precognición y la Visión Remota. Es capaz de ver el futuro y con su segundo don, el detective recibe información acerca de cosas que se encuentran a una gran distancia. Son los vehículos abandonados de todas las mujeres desaparecidas; que aparecen en la Costa Este de Maine.
Un laberinto de pistas, preguntas y experiencias sin control a medida que aparecen las demás mujeres de la misma forma, desconciertan al detective Andrew, quién llega a perder el control de sus investigaciones y de sus poderes.
Un día, ante la desesperación, aparece en la comisaria una chica joven llamada Clarice que ha sido atacada por el verdadero asesino. Está cubierta de sangre. Ella puede aportar pistas a este complejo juego de un psicópata ya que ha estado frente a él.
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