Ella fue mi primer amor.
Ella fue mi primer odio.
El mismo sol en mi mundo que intentó quemarme vivo con sus mentiras y crueldad.
Hasta que atenué su luz para siempre...
O eso pensaba.
Ahora ella ha vuelto.
Agrietada. Rota. Perdida.
Y por primera vez en mucho tiempo, me siento libre.
Libre de nuestro pasado. Libre del presente que me sofoca. Libre para destruir su futuro.
Su miseria es mi música.
Emocionante. Vigorizante. Embriagadora.
Por tanto tiempo, todo lo que hice fue odiarla.
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