2016 |
Jane estaba acostumbrada a meter la pata, era el precio de tener ese carácter del demonio. Pero arrojarle una cerveza a ese estúpido peón y decir frente a él que el jefe era un bueno para nada, había sido un error de los gordos...
Básicamente porque el estúpido peón y el jefe bueno para nada eran la misma persona.
Ahora tendrá que lidiar con él hasta que el trabajo acabe, tratando de salir victoriosa en cada pelea ya que él parece empeñado en cabrearla y seducirla a partes iguales.
Un momento, ¿seducirla? Bah, si eso que sentía en el estómago no eran mariposas, segura como el infierno que eran parásitos y ¡solo eso!
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