2017 |
Querida Bridget,
Estoy escribiendo esta carta porque es muy poco probable que alguna vez tenga el coraje de decirte esto a la cara. Así que, aquí va.
No estamos hechos el uno para el otro. Eres la perfecta madre soltera con la cabeza puesta en su sitio. Yo soy simplemente el despreocupado médico británico que se encuentra de paso por la ciudad, viviendo temporalmente en tu garaje reconvertido hasta que vuelva a Inglaterra.
Pero ese es el asunto… por alguna maldita razón, no puedo dejar de pensar en ti de maneras muy inadecuadas.
Te deseo.
La única razón por la que incluso admito todo esto justo ahora es porque no creo que sea unilateral. Noto tus ojos cuando me miras también. Y por más grosero que parezca cuando bromeamos sobre sexo, mi atracción por ti no es una broma.
Entonces, ¿cuál es el propósito de esta nota? Supongo que es un recordatorio de que somos adultos, que el sexo es saludable y natural, y que puedes encontrarme justo pasando la puerta de la cocina. Más específicamente, es para dejarte saber que voy a dejar la puerta abierta a partir de ahora en caso de que quieras visitarme en algún momento de la noche.
Sin preguntas.
Piénsalo.
O no lo hagas.
Lo que tú elijas.
Es probable que ni pase esta carta debajo de tu puerta de todos modos.
-Simon.
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