2018 |
Cuando mi hermana falleció, adopté a su hija, Dolly, y la crié como si fuera mía. Éramos todo lo que nos quedaba en este mundo e iba a intentar con todas mis fuerzas asegurarme de que nunca le faltara nada.
Por eso necesitaba a alguien en quien confiara para que cuidara a la persona más importante de mi vida. Ser un hombre de negocios significaba que yo estaba fuera de la casa una buena parte del día, un mal necesario para proveer a Dolly. Una niñera que viviera en la casa se aseguraría de que Dolly recibiera el mejor cuidado posible cuando yo no estuviera con ella.
Y cuando vi a Emma por primera vez no sólo vi a un cuidador para Dolly. Vi a una mujer que tenía todos los instintos de cavernícola en mí elevándose como una bestia primitiva. Sentí una posesión y necesidad de Emma como nunca antes había experimentado.
Ya no sólo quería una niñera, quería a Emma... toda ella.
Ella podría pensar que esto era sólo otro trabajo, pero antes de que nuestro tiempo se acabara Emma se daría cuenta de que era mía y no la iba a dejar ir.
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