2021 |
Me llamo Aurora y estoy a punto de entrar en una iglesia para detener una boda. ¿Que no te lo crees? Pues siéntate, porque eso no es lo peor que he hecho en mi vida. Ojalá lo fuera. Ojalá no se tratara de una estupidez más que añadir a una lista.
En realidad, si estoy a punto de provocar un nuevo desastre, la culpa es solo suya. De sus ojos azules. De su voz de encantador de serpientes. De su innegable talento. De todo lo que esconde bajo esas prendas horteras y esa mirada airada. De la única persona del planeta que ha conseguido derretir a la Aurora más fría. Del maldito Evan Bradley.
Pero, espera, creo que me estoy adelantando. Para entender esto debemos retroceder un poco, justo hasta el día en que cumplí veintiocho años.
Imagínate una mesa con una tarta de arándanos en el centro. A un lado, mi vecino octogenario; al otro, su gato. Ningún invitado más.
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