Cuando el pasado regresa para remover emociones que estaban dormidas, Clara deja de ser la mujer segura de sí misma en la que se ha convertido. El amor aún es una moneda de dos caras capaz de erizarle la piel y abrir viejas heridas por igual. Roberto, Darío... nombres que la llevan hacia una encrucijada sentimental llena de desencuentros e instantes de felicidad. Todo parece demasiado complicado cuando hay que caminar con los pies en el suelo.
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