A ver…, dadme unos segundos para aclararme, ¿vale? Es complicado contaros lo que os vais a encontrar en estas páginas y más si debo resumirlo (ejem, ejem).
Alba. Ella es la primera en aparecer, claro, normal, porque gracias a su «no boda» empieza esta historia. No boda, eso he dicho o lo que es lo mismo: la han dejado plantada en el altar, así, para empezar. ¿Y qué pasa después? Pues sencillo: Luna toma las riendas, y se embarcan en un crucero de lo más peculiar.
Lucas no pretendía acabar en un crucero single. Sus vacaciones ideales pasaban por visitar monumentos en alguna ciudad europea, pero los monumentos que quería ver Nico eran esos que paseaban con poca ropa y qué mejor lugar que un barco. Y Amaia, ¡ay, Amaia!, iría allá donde su hermano y su mejor amigo fuesen, eso sí, para acabar liándola ya desde el primer día al toparse con el chico de blanco.
Tres historias y seis voces, ¿crees que sobrevivirás a un crucero… single? ¡Bah, claro que sí! Vamos, haz la maleta, que te espera una larga y chispeante travesía, y ándate con ojo porque me han contado que se va a armar la marimorena... ¡No digas que no te lo advertí!
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