martes, 3 de noviembre de 2020

Trilogía Monster in His Eyes de J. M. Darhower


2014
Monster in His Eyes

Ignazio Vitale no es un buen hombre.

Lo sospecho la primera vez que lo veo, siento la peligrosa atmósfera que rodea a ese hombre. Tiene una forma de llamar la atención, de tomar el control, de saber lo que estoy pensando antes de que incluso lo sepa.

Es alarmante y seductor. Oscuro y mortífero. Todo lo que alguna vez he querido pero la última cosa que realmente necesito. Una obsesión. 

No le toma demasiado tiempo enredarme en su red, meterme en su cama y atraparme en su vida, una vida de la que no sé nada hasta que es demasiado tarde. Tiene secretos, secretos que no puedo comprender, secretos que me impiden alejarme, sin importar cuánto le ruego que me deje ir. Lo veo en sus ojos a veces, una oscuridad que es tanto aterrorizante como emocionante. Es un monstruo envuelto en un buen paquete, y lo que encuentro cuando lo desenmascaro lo cambia todo. 

Quiero odiarlo.

A veces lo hago.

Pero no eso no evita que lo ame, también.





2014
Torture to Her Soul

No lo digas a menos que sea en serio...

Es un concepto simple, uno que he dicho una y otra vez, pero algunas personas parecen no comprenderlo. Deberías elegir cada sílaba con cuidado, porque nunca se sabe cuándo alguien te hará cumplir tu palabra.

Alguien como yo. 

No soy un buen hombre. No lo soy. Lo sé. Tengo suficiente oscuridad en mi interior como para librar al mundo de cada punto de luz. Pero hay una que nunca podría lastimar, una luz que no podría obligarme a apagar.

Karissa.

Ella cree que soy un monstruo, y tal vez lo soy. La insulto con mi tacto, obtengo una emoción al torturar su alma. Pero no soy el único. El mundo está lleno de monstruos, y no soy el más peligroso por ahí.

Ni siquiera cerca...

Dios me ayude, la amo.

Lo hago.

Y Dios ayude a cualquiera que intente quitármela




2016
Target on Our Backs

La mejor manera de mantener tu palabra es nunca darla.

No hace mucho, en una capilla de Las Vegas, juré amar a Karissa el resto de mis días. Pero nadie ha prometido un número infinito de mañanas. Nadie lo ha prometido para siempre. A veces, todo lo que nos queda es el hoy.

Carpe Diem.

Aprovecha el día.

Debería haber terminado, deberíamos haber sido felices, pero la gente me está haciendo difícil vivir en paz. Tengo tanta sangre en las manos que nunca estarán limpias, y alguien ahí fuera parece querer que yo pague por ello. Un Felices Para Siempre Después de todo  tiene un costo, uno que cualquier hombre de verdad estaría dispuesto a pagar. Pero eso no significa que vaya a dar la vuelta y aceptar estas consecuencias.

¿Porque cuando se trata de la mujer que amo? 

¿La vida por la que he luchado?

Nadie está a salvo.


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